domingo, 11 de septiembre de 2011
posted at 22:31
Eran cerca de las 6 de la mañana y ahí estaba yo, dándome vueltas y buscando un alojo entre sus brazos.
Fue cuando despertó y como si hubiéramos dormido como 8 horas seguidas -en realidad sólo habíamos alcanzado a dormir como 1- empezamos a hablar, me miraba con ojos cansados pero con mirada profunda en la oscuridad de la pieza. Nos reíamos, me retaba por estar despierta tan temprano, escuchamos música y conversamos de nuestras experiencias.
Palabras que dejan la mente tranquila y el corazón un poco acelerado en conjunto de roces y miradas..
Me quiero quedar un ratito más, mucho más.