domingo, 18 de mayo de 2014
posted at 20:06
Y la noche que avanza
y tus ojos negros
y mi soledad interminable.
De nuevo empieza a llover.
Y sonrío.
Ni sé por qué.
Es un ejercicio para el corazón.
Sonreír
y pensar que somos
un minúsculo grano de polvo
en el infinito.
Un destello de luz.
Nada.